“De los Crímenes de Odio a la Esperanza” es el título de la conferencia dictada por la Dra. Patricia Valladares de la Cruz, quien tras la presentación del Programa Institucional de Investigación y Atención a la Violencia (PIIAV) en la FES Iztacala; mencionó que para comprender el fenómeno de la violencia es necesario tomar el análisis de diversas disciplinas, ya que éste es muy complejo.

Ante estudiantes, académicos y autoridades de la FESI, reunidos en el Centro Cultural Iztacala; la Dra. Valladares, responsable del PIIAV y académica en la carrera de Psicología, y en el posgrado, en este campus multidisciplinario; invitó a los presentes a responderse una serie de preguntas que les hizo a lo largo de la conferencia.

Destacó que pocos saben sobre el significado de palabras como discriminación y respeto; y otras como igualdad y equidad, de tanto repetirse, finalmente se vuelven conceptos vacíos porque no se entiende muy bien cuál es su significado.

Al referir el concepto de género, que alude a la representación social de lo que deben de ser las mujeres y los hombre, dijo que éste ha evolucionado y en él se involucran la filosofía, el arte y la psicología, entre otras disciplinas. “Género no es estudiar mujeres, es estudiar las relaciones entre hombres y mujeres, y todas las posibilidades sexuales alrededor”.

Dedicada desde hace tres décadas a la investigación y formación de profesionales para prevenir y atender la violencia de género; la Dra. Patricia Valladares especificó que el crimen de odio significa asesinato por prejuicio, que son violentos, motivados por la intolerancia de otro grupo social, basado en la raza, la sexualidad, la religión, por discapacidad, por origen nacional, por filiación política, por estatus marital y por género.

Por ello, manifestó, los feminicidios son crímenes de odio, al igual que los asesinatos transgénero; que ubican a México en el segundo lugar, en el mundo, con más casos. Agregó que también a través del lenguaje se da una discriminación y desvalorización del otro.

Dijo que la violencia en una manifestación de poder, el cual todas las personas lo tienen, pero la diferencia radica en cómo se usa, “el poder se usa para dominar y controlar a los otros y la agresión, que es un componente, es la conducta que tiene la finalidad de dañar a otras personas”. Indicó que ésta se da en parte por lo que se piensa y en otra por lo que se siente, ya que las emociones pueden mover al individuo a violentar al otro.

Para concluir expresó que cada persona debe hacerse cargo de su conducta, “si queremos cambiar el mundo hay que empezar por nosotros mismos, vamos hacernos cargo de nuestra violencia, de nuestras emociones destructivas, de nuestros prejuicios, y eso se aprende con hábitos pacíficos. Pensemos formas novedosas de hacer este mundo mejor”.

Reporte y fotografía: Esther López