Luis Noé Martínez Martínez – Carrera de Médico Cirujano

Ganador del SEGUNDO LUGAR del concurso

Así se vive en la FESI

Nervios, emoción y una inmensa felicidad, eso fue lo que recuerdo que sentía cuando yo ingrese a la FESI, era normal emocionarse con cada pequeña cosa que descubrías, al ver la biblioteca casi me desmayo, tan grande y tan linda que te hace pensar cómo es que ahora estés en un lugar así. Considero que es normal al ver una escuela grande y llena de vida. Desde el primer día con el recorrido, las pláticas y las diversas actividades se fue motivando a cada estudiante, sin importar la carrera a que dieran lo mejor de sí, el apoyo que se ofreció ante diversos problemas fue mayor que en muchos lugares.

Ingresar a la universidad incluye un cambio en tu estilo de vida, requiere tiempo,  la FESI es un lugar que tarde o temprano terminará convirtiéndose en tu casa, en ella te desarrollas de una manera increíble, tiene tantas cosas que es tan fácil hacer tu tarea, estudiar e incluso relajarte y convivir con los amigos.

Y ahí estaba yo, un ordinario estudiante de medicina, con grandes aspiraciones que la mayoría de los profesores alentaban, llenándonos de experiencias y anécdotas tan increíbles que son difíciles de imaginar, pero que sabes que son reales.

En mis dos años en la FESI, he tenido experiencias grandiosas, desde las actividades realizadas en la explanada, frente a la biblioteca, la cafetería. Exposiciones que requieres de juegos y que claro, también te dejan un aprendizaje de por medio. Como he dicho antes, yo estudio medicina y sin importar eso, he creado una buena amistad con gente de otras carreras, el ambiente de la escuela es ameno y ayuda a esta relación con gente nueva.

He vivido el estrés de las clases, de los parciales y de algo que todos por alguna razón temen, los departamentales. Cuando estos llegan ocurre un extraño fenómeno en el que los estudiantes se alteran, se concentran mucho en sus libros y si tienes suerte puedes ver a uno o dos rezando. Personalmente, lo que más me agrada de la semana de departamentales es cuando acaba, llegado el viernes para poder llegar a tu casa y abrazar a tu cama.

Claro que, si recordamos el estrés vivido el 19 de septiembre del 2017, los departamentales se quedan un poco atrás. Estaba tomando clase en el A1, cuando las luces parpadearon y el edificio comenzó a moverse, seguimos el protocolo de seguridad y tiempo después, desalojamos el edificio, la gente lloraba y en ese momento me di cuenta cómo los alumnos y profesores llegan a ser tan solidarios y tan empáticos con los demás, algo bueno que considero que caracteriza a la FESI, su trabajo en equipo. 

Pero claro, el día a día es una combinación de emociones que nos dejan una experiencia, a veces buena, a veces mala. Los trabajos, las exposiciones, los temas que muchas veces no puedes llegar a comprender y que generan una increíble frustración, marcan tu desarrollo, pero algo que siempre está en la FESI, es el apoyo de alguien capacitado, psicólogos, médicos, los propios doctores que muchas veces toman de su tiempo para poder ayudarte, es algo que te levanta el ánimo y te impulsa a seguir, de cierta manera la FESI te da una experiencia semejante a lo que es la vida real, al mundo allá afuera, las cosas no son fáciles y sólo queda aprender de estas experiencias, tomarlas, hacerlas propias, aprender de ellas y siempre, cada mañana superarte, ser mejor que el día anterior. Además siempre te puedes tomar un tiempo y recostarte en una jardinera platicando con amigos o en algunos casos con esa persona especial, qué linda es la FESI cuando hay un poco de todo.

Entonces si alguien me pregunta ¿Cómo vivo la FESI? ¿Cuál es mi experiencia en la FESI? Lo que puedo responder es que es un estilo de vida, vivo el día de la mejor manera que puedo, cometo errores y busco aprender de ellos, la experiencia que he ganado aquí, no la puedo obtener en ningún otro lugar, y es la misma la que me ayuda a ser un mejor profesionista.