Colaboración. La comunicación no verbal: El cuerpo se comunica

 

La comunicación es un proceso que no solo se da a través de sonidos articulados que se intercambian, se requiere del reconocimiento de varias señales corporales, además de la entonación, el sentido y el contexto en el cual son utilizadas las palabras y las categorías enteras de movimientos que las acompañan.

Así, al tratar de descifrar el código de los movimientos corporales y de los gestos surge la Kinesia que se interesa por estudiar estructuras gestuales que engloban varios movimientos dentro de un contexto determinado.

Sin embargo Este estudio pertenece a diversos sectores de las ciencias y puede ser abordado desde diferentes ángulos que van desde las ciencias humanas como la sociología, la etnología, la psicología o la etología, hasta aquellas que centran sus actividades sobre el cuerpo mediante la expresión artística, la expresión corporal o el desarrollo de la comunicación del individuo que por razones patológicas no puede darse a entender de forma verbal.

Desde antes del nacimiento, los seres humanos logran percibir el mundo a través de sonidos y sensaciones corporales que se van perfeccionando a lo largo de la vida.

Existen diversas investigaciones que han tratado de explicar si los gestos, las posturas, los movimientos, y alguna conductas son elementos innatos heredados a partir de la evolución humana, o si son aspectos aprendidos por imitación o por la experiencia de acuerdo a la cultura, la familia o sociedad en la cual se desarrolla el individuo. Al intentar demostrar cuál de estos factores es el que tiene mayor impacto en la asimilación del lenguaje no verbal, se ha llegado a la conclusión de que, tanto las fuerzas biológicas como las fuerzas culturales contribuyen en la aparición de un comportamiento no verbal determinado.

Si bien la cognición social es el proceso que dirige las conductas y actitudes de los individuos ante otros de la misma especie, en este proceso intervienen varias estructuras cerebrales comprometidas con el razonamiento social, la toma de decisiones, el juicio social de rostros, la simulación y la empatía.

Se ha planteado que las habilidades cognitivas y sociales habilitan a los sujetos para interactuar con su ambiente social logrando interpretar adecuadamente los signos sociales generando respuestas ante las intenciones, disposiciones y conductas de los otros sujetos de la misma especie logrando, así, entender los roles y las reglas sociales dentro de un determinado contexto. No obstante, las emociones no son solamente fenómenos puramente fisiológicos o psicológicos cuyo origen esta enraizado solamente en el cuerpo; las emociones nacen de la evaluación de un suceso por parte de un individuo con sensibilidad propia; son pensamientos que se apoyan en un sistema de sentidos y de valores arraigados en una cultura, que se incluyen en un lenguaje de gestos y mímicas que pueden ser reconocidos por los demás miembros del grupo al que pertenece.

De esta manera surge la empatía como la capacidad para experimentar los estados emocionales de otros. Al observar a dos personas que se llevan bien se cae en la cuenta de que los movimientos corporales son iguales, el habla es semejante en volumen y velocidad y se muestra una afinidad inconsciente entre ambos sujetos. A este respecto, tener afinidad significa que el comportamiento de un individuo ante una emoción expresada por otro individuo se iguala o refleja poniendo a ambos en ritmo de forma inconsciente.

Esa mímica inconsciente, es muy común y con frecuencia el individuo adopta gestos de otra persona a quien respeta o admira. Todos los individuos de una sociedad tienen una serie de hábitos, costumbres y expresiones que usan para comunicarse, pero es a través de la comprensión de la forma en que los demás piensan, se comunican y expresan sus emociones como el individuo logrará establecer relaciones fuertes y empáticas con sus semejantes.

Ahora bien, el movimiento del cuerpo incluye los gestos: las expresiones faciales, los movimientos de los ojos, la mirada y la dilatación de la pupila; los movimientos corporales ya sea de las extremidades, las manos, la cabeza los pies; y la postura: la rigidez o relajación de los músculos del cuerpo y del rostro así como el ángulo de la espalda y el torso. Todos estos rasgos hacen que el cuerpo se comunique por sí mismo aunque no solamente lo hace por la forma en que se mueve o por las posturas que adopta, sino también por la manera en que se aproxima a otro cuerpo, la manera que lo toca y lo que transmite con ese toque . Si bien, el tacto intensifica la proximidad debido a que cuando una persona toca a otra, la experiencia es total y mutua, al poner en contacto la piel con la piel del otro, se establece una inmediata toma de consciencia de ambas partes, también hay que tener en cuenta que la significación del contacto táctil varía de acuerdo con la cultura, con la parte del cuerpo tocada, el tiempo que dura el contacto, la fuerza aplicada, el modo de tocar y la frecuencia del toque. Estas acciones pueden tener significados diferentes en distintos contextos y presentará diferentes variaciones de acuerdo a la edad, el sexo y la intimidad entre los sujetos. También se ha utilizado el tacto para comunicar actitudes interpersonales como el estatus de poder, el afecto; o para acentuar un mensaje facial o verbal.

Por lo tanto para tratar de entender lo que una persona trata de decir realmente se debe observar todo el cuerpo, pues cada expresión facial va acompañada de cambios corporales que van desde los movimientos hasta lo biológico y estos cambios, muchas veces, no pueden ser controlados deliberadamente.

Los sentimientos y las emociones participan de un sistema de sentidos y valores propios de un determinado grupo social que brinda la educación y los elementos simbólicos que modelan el lenguaje, la gestualidad y las percepciones para lograr comprender las características corporales de los otros y garantizar la aceptación en un vinculo social.

 

Edith Cordero Mendoza

Carrera de Psicología