Baile y convivencia en la 8va. Feria del Huapango

Una tarde cálida, llena de color y algarabía, vivió la comunidad de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala durante la 8ª Feria del Huapango, realizada el pasado 4 de abril en la explanada de la Entrada Principal.
Con la participación de Los Tlacuachis de Iztacala, Los Diablos y el Trío Aquetzalli, las y los iztacaltecas zapatearon al son del huapango en compañía de las y los integrantes del Taller de Danza Folklórica de nuestra Facultad, dirigido por la Mtra. Isabel Ojeda, así como de familiares y amistades de las agrupaciones musicales.
Los Tlacuachis, encargados de abrir esta fiesta de son huasteco en punto de las 15:30 horas, interpretaron melodías como El Sombrerito, El Borracho y El Mañanero. El retumbar de la tarima de madera instalada para la ocasión, junto con los sonidos guturales emitidos por los bailarines en señal de disfrute, resonó hasta más allá de los barandales de la FES Iztacala.
Posteriormente, Los Diablos animaron aún más el ambiente con piezas como La Bruja, Cecilia, La Azucena y Soledad, haciendo vibrar a las y los asistentes.
Finalmente, el Trío Aquetzalli cerró este festejo, constatando que el huapango es un género musical que da vida e identidad al pueblo mexicano.


Un poco de su origen
El huapango surge en la región o llanura que se extiende por San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Puebla e Hidalgo. Sus ritmos derivan de los cantos flamencos, fandangos y boleros que llegaron con la conquista de México. La fusión de esta tradición española con la ejecución de melodías en lengua náhuatl dio origen a este maravilloso género.
La palabra “huapango” ofrece tres significados distintos: la tercera connotación deriva de la palabra “fandango”, el canto flamenco ligado a los orígenes del huapango y que actualmente designa las fiestas donde este género musical es interpretado. El primero proviene del náhuatl cuauhpanco, que significa “sobre el tablado” o “sobre la tarima”, interpretación que cobra sentido si se considera que los bailes ocurren precisamente sobre una tarima de madera. La segunda interpretación hace referencia a los pobladores del Pango, en la región del río Pánuco, límite natural entre Veracruz y Tamaulipas.

Reporte y fotografía: Ana Teresa Flores Andrade