Programa de mentorías: un puente entre la investigación y la formación académica

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Con el objetivo de reconocer la participación de las estudiantes y profesoras que hicieron posible la puesta en marcha del Programa de Mentorías de Mujeres en Análisis de la Conducta en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI), el Grupo Especial de Mujeres en Análisis de la Conducta (GEMAC) entregó constancias a las doce mentoras y treinta y seis estudiantes que completaron esta experiencia académica desarrollada entre marzo y junio de este año.

La ceremonia contó con la presencia de la Dra. Rosalinda Arroyo Hernández, académica de la carrera de Psicología y presidenta de la Sociedad Mexicana para el Análisis de la Conducta, quien destacó que el programa inició con la expectativa de recibir a doce estudiantes, pero el interés superó las expectativas. “Afortunadamente, el programa tuvo mucho éxito. Incluso tuvimos que decir no a algunas chicas que llegaron después y agregar una mentora más para atender la demanda”, señaló.

De las cuarenta alumnas que ingresaron, treinta y seis concluyeron todas las actividades; las cuatro restantes se retiraron por incompatibilidad de horarios. “Este programa no solo pretende ser un ejercicio formativo; las mujeres en psicología y en análisis de la conducta viven la paradoja de ser mayoría numérica, pero aún con desigualdades históricas en el acceso a oportunidades y al conocimiento. Experiencias como esta nos permiten comenzar a modificar esas condiciones con la expectativa de formar analistas de la conducta competentes y construir una comunidad más justa e inclusiva”, subrayó la Dra. Arroyo.

En representación de las mentoras, la Dra. Gisel Gómez Escobar, profesora de SUAyED Iztacala e investigadora en el área de análisis experimental de la conducta, explicó que recibió la invitación por parte de las doctoras Rosalinda Arroyo y Cintya Zaira Vega. “Este programa es un espacio que pienso era necesario para difundir las distintas líneas de investigación que trabajamos las profesoras de la FES Iztacala, y que las estudiantes interesadas pudieran conocer las temáticas y a quienes estamos detrás de ellas. Creo que es un proyecto con potencial para otras generaciones; no sé si se realice semestralmente, pero sin duda puede abrir camino a más estudiantes”.

Gómez Escobar resaltó la importancia de que el programa acercara la investigación a quienes pensaban que no formaba parte de la práctica profesional en psicología: “El escenario académico y la investigación también forman parte del quehacer del psicólogo. Este espacio ha sido oportuno para el crecimiento de quienes tienen interés en esta área”. Además, explicó que cada tutora y estudiante organizó sus encuentros de forma flexible, buscando propiciar la discusión académica, enseñar estrategias de análisis de datos y búsqueda de información, y responder dudas, como por ejemplo, sobre cómo vincular el análisis de la conducta con su práctica social, que realizan a través del servicio social.

La investigadora reconoció la alta eficiencia terminal del programa y sugirió que uno de los próximos retos será dar seguimiento a las participantes: “Habrá que evaluar si las tutoradas permanecen en laboratorios o se integran a proyectos más allá de la mentoría. Fue agradable trabajar con estudiantes interesadas en un área que no siempre tiene tanta representación, y me quedo con la satisfacción de ver que hay nuevas personas queriendo incorporarse a estos trabajos”.

Por su parte, Dana Sofía Montoya Castañeda, alumna de séptimo semestre de Psicología, compartió su experiencia con entusiasmo: “Lo que más me llamó la atención fue la investigación. Ya tenía interés, pero hay pocas oportunidades para acercarte a los profesores que dirigen grupos de investigación. Esta oportunidad, y más siendo de mujeres para mujeres, la hizo más bonita”.

Montoya Castañeda, quien fue tutelada por la Dra. Jamillet Carranza, explicó que participó en una investigación en curso, lo que le permitió aplicar de forma práctica lo que antes solo conocía en teoría: “Fue muy enriquecedor aprender a delimitar un tema, hacer búsqueda bibliográfica y trabajar en proyectos reales. En clases te lo explican de forma teórica, pero aquí lo aplicas y aprendes a hacerlo”.

La estudiante espera continuar colaborando en el proyecto que inició durante la mentoría, ya que el tiempo no fue suficiente para concluirlo: “Éramos cuatro alumnas, cada una con su tema, pero espero terminarlo. Recomiendo mucho estas mentorías porque permiten un primer acercamiento, muy cercano, a la investigación, te acogen como si ya fueras parte de su grupo y eso es lo bonito. El hecho de que sea de mujeres para mujeres lo hace todavía más especial; es un ambiente muy cálido”.

El Programa de Mentorías de Mujeres en Análisis de la Conducta se consolida así como una iniciativa que fomenta la participación activa de estudiantes en investigación, fortalece el vínculo entre docentes y alumnas, y abre espacios para el desarrollo académico en un ambiente inclusivo y de apoyo mutuo.

Reporte y fotografía: Esther López González