Man lying in bed turning off an alarm clock in the morning at 7am. Attractive man sleeping in his bedroom. Annoyed man being awakened by an alarm clock in his bedroom

Dra. Georgina Eugenia Bazán Riverón

Entre las tres principales causas de muerte en México se encuentran: en primer lugar, las enfermedades cardiovasculares; en segundo, la Diabetes Tipo 2 (DT 2); y en tercer lugar, los tumores malignos. Es preocupante el aumento en las defunciones por DT 2, así como advertir que dicha enfermedad (que se consideraba un padecimiento crónico de adultos y adultos mayores) actualmente aparece cada vez más temprano en los jóvenes (ENSANUT, 2018). Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2019) se advirtió que a nivel mundial, 422 millones de adultos tenían DT 2 en 2014, en comparación a los 108 millones de 1980. La prevalencia de la DT 2 se ha duplicado en este lapso, pasando del 4.7% al 8.5%.

Los elevados costos humanos y económicos para las naciones, han focalizado la atención en la prevención y el control de la diabetes, ya que un paciente con un deficiente control glucémico en el transcurso de la enfermedad presentará complicaciones, tales como enfermedades del corazón, enfermedad cerebrovascular (EVC), insuficiencia renal, amputación de miembros pélvicos (MsPs), pérdida de visión y daños neurológicos. Debido al gran deterioro en la calidad de vida de los pacientes, el alto costo que implica la DT 2 en el mundo, y considerando que sólo el 55% de la población con la condición de DT 2 sigue el tratamiento indicado por el médico, 27% lo hace sólo cuando se siente mal y 19% no tiene un tratamiento médico; se convierte en una tarea indispensable analizar las variables relacionadas con el control glucémico deficiente (ADA, 2019).

El tratamiento de la DT 2 y el control de las complicaciones es una labor difícil,  pues además de esperar adherencia al tratamiento farmacológico, se pretende que el paciente realice cambios en su estilo de vida, mejorando su nutrición, realizando actividad física y cuidando aspectos psicológicos (como la depresión, la ansiedad, entre otros). Entre los aspectos de estudio más recientes se identifica la relación entre el control glucémico y la calidad del sueño, debido a que en el sistema nervioso central (SNC) está el control total de las funciones vitales, incluida la parte esencial de reparación y descanso a través del sueño que se relaciona con el metabolismo del organismo. Es así, que en las últimas décadas se ha observado que la calidad del sueño está íntimamente relacionada con el sobrepeso y la obesidad, factores con un amplio sustento científico del efecto que tienen en las personas que viven con DT 2.

Se ha documentado que existe relación entre la obesidad y la resistencia a la insulina; también se ha documentado frecuentemente  la estrecha relación entre la DT 2, la obesidad  y diferentes trastornos del sueño, como el síndrome de apnea obstructiva del sueño [SAOS] (Damian, Kimaro & Mselle, 2017) y con la calidad y duración del sueño (Cappuccio, DʹElia, Strazzullo & Miller, 2010).

El Instituto del Sueño con sede en Madrid, España, calcula que entre el 38 y 45% de los pacientes que viven con DT 2 presentan trastornos del sueño. La calidad del sueño en adultos mayores saludables parece estar asociado con cambios en la hormona de crecimiento (GH), cortisol, epinefrina, y norepinefrina que en conjunto podrían afectar desfavorablemente la tolerancia a la glucosa y/o sensibilidad de la insulina (Callejas, et al., 2015; Hung, Yang, Ou, Wu, Lu & Chang, 2013).

Recientemente en un estudio que se ha llevado a cabo en el Proyecto de Enfermedades Crónicas de Unidad de Investigación Interdisciplinaria en Ciencias de la Salud y Educación (UIICSE) de la FESI se confirman estos hechos en una muestra mexicana; lo cual apunta a considerar la calidad de sueño como una variable cardinal en la investigación, valoración y planeación del tratamiento dirigido al pacientes que viven con DT 2,  a quienes hasta ahora se les proporciona tratamiento bajo los ejes: farmacológico, activación física, control nutricional y en algunos casos manejo emocional (vinculado al manejo de síndromes depresivos y ansiedad), sin embargo, todavía no se considera la gran relevancia que parece tener la calidad del sueño.

Referencias

American Diabetes Association (ADA). (2019). Estándares para la atención médica de la diabetes. Asociación Civil de Investigación y Desarrollo en Salud (ACINDES). Suplemento en español Volumen 42 (Suplemento 1) Febrero 2019. Recuperado de: https://www.redgdps.org/gestor/upload/2019/2019%20ADA%20ESPAN%CC%83OL.pdf

Callejas, L.M., Sarmiento, R., Medina, K., Sepúlveda, H., Deluque, D., & Escobar F.E. (2015). Calidad del sueño en una población adulta expuesta al ruido del Aeropuerto El Dorado, Bogotá, 2012. Biomédica. 35  103-9.

Cappuccio, F.P., DʹElia L., Strazzullo, P., & Miller M.A. (2010). Quantity and Quality of Sleep and Incidence of Type 2 Diabetes. A systematic review and meta-analysis. Diabetes Care. 33(2), 414-420.

Damian, D. J, Kimaro, K., & Mselle, G. (2017). Prevalencia de sobrepeso y obesidad entre pacientes diabéticos tipo 2 que acuden a clínicas de diabetes en el norte de Tanzania. BMC Res Notes 10, 515. Recuperado de: https://doi.org/10.1186/s13104-017-2861-9

Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT). (2018). Diseño conceptual. Instituto Nacional de Salud Pública Instituto Nacional de Estadística y Geografía 2019. Recuperado de: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/metodologia/ensanut_2018_diseno_conceptual.pdf

Hung, H. C., Yang, Y.C., Ou, H.Y., Wu, J.S., Lu, F.H., & Chang, C.J. (2013). The relationship between impaired fasting glucose and self-reported sleep quality in a Chinese population. Clinical  Endocrinology. 78, (4), 518-524.

Organización Panamericana de la Salud (OPS). (2019). Plataforma de Información en Salud para las Américas PLISA. Recuperado de: https://www.paho.org/data/index.php/es/