Apoyo psicológico a pacientes con pie diabético
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022) indica que la diabetes es un problema
de salud pública y que es una de las cuatro principales enfermedades no transmisibles a
nivel mundial. La Diabetes Mellitus (DM) es un grupo de trastornos metabólicos caracterizados por un estado elevado de glucosa crónico-degenerativo, que ocurre cuando el cuerpo no puede producir suficiente cantidad de la hormona insulina o no puede usarla eficazmente (SSA, 2018). La insulina es la hormona que regula la producción de la glucosa en sangre.
Existen diferentes tipos de diabetes, tipo 1, 2 y gestacional (OMS, 2022), el tipo 2 (DMT2) corresponde al 90-95% de todos los casos (American Diabetes Association [ADA], 2021). Los pacientes con diabetes que no reciben atención médica pertinente pueden presentar complicaciones que influyen en su calidad de vida. Entre las más comunes están la retinopatía diabética, la insuficiencia renal y el riesgo de amputaciones de miembros inferiores (por pie diabético). Además, en el contexto actual de pandemia existe una mayor probabilidad de presentar complicaciones graves ante la presencia de COVID-19 (OMS, 2022).
El pie diabético presenta una alteración anatómica o funcional que es determinada por alteraciones neurológicas o por enfermedades vasculares periféricas, lo cual aumenta la susceptibilidad a contraer una infección, ulceración y/o destrucción de tejidos profundos. Cuando se presenta una úlcera se estima que aumenta 8 veces el riesgo de amputación y 15 veces si se compara con personas sanas (García, 2022; Pereira et al., 2018).
Existen diferentes factores predisponentes, desencadenantes y agravantes del pie diabético.
Los factores predisponentes son aquellos que aumentan el riesgo de sufrir lesiones. Los factores desencadenantes son aquellos que hacen surgir la lesión y se dividen en extrínsecos e intrínsecos; los primeros pueden ser traumáticos, mecánicos o térmicos y los segundos incluyen las deformidades que pueden generar un aumento de la presión plantar y callosidades. Para finalizar, los factores agravantes son aquellos que facilitan la aparición de complicaciones y retrasan la cicatrización incluyendo los microorganismos que pueden llegar a cuadros de artritis séptica.
El pie diabético ha sido clasificado de diferentes maneras, por ejemplo, Wagner- Meggitt evalúan la profundidad de la herida en seis grados:
- Grado 0 = Piel intacta
- Grado 1 = Úlcera superficial
- Grado 2 = Úlcera profunda que expone tendón y hueso o una articulación
- Grado 3 = Úlcera profunda con absceso u osteomielitis
- Grado 4= Gangrena del antepie
- Grado 5= Gangrena del pie entero
Atención psicológica en diabetes y pie diabético
Cuando el paciente se enfrenta a este diagnóstico la atención de los aspectos psicológicos son fundamentales, ya que el saber que se padece esta enfermedad puede llegar a representar una crisis en la persona, por lo que es de suma importancia ofrecer información y ayuda, tanto al paciente como a sus familiares, con el fin de poder manejar adecuadamente los diferentes estadios de la enfermedad. Por tanto, la atención psicológica debe dirigirse hacia aquellos efectos sociales y psicológicos derivados de las alteraciones de la salud con el fin de prevenir, tratar, y aumentar la percepción de salud, bienestar y calidad de vida.
El(la) psicólogo(a) trabajando en un equipo multidisciplinario, en general se enfoca al desarrollo de estrategias cognitivo-conductuales, para la adquisición de comportamientos habituales saludables y el aprendizaje para eliminar patrones de conducta perjudiciales. Entre las funciones que desempeña un psicólogo(a) se encuentra el asesoramiento a no profesionales, el desarrollo de programas específicos de educación para la salud (monitoreo de control glucémico, estilo de vida saludable, etc.), investigar junto a otros profesionales, el impacto del diagnóstico, fomentar la adherencia al tratamiento, prevención de estrés, depresión y ansiedad, promover el afrontamiento a la enfermedad, reeducar, etc. El apoyo psicológico estará en función de las características de la persona (niño/a, adolescente o adulto), con formato individual, pareja, familiar o grupal (García, en prensa), por lo todo lo anterior es fundamental un abordaje multidisciplinario para otorgar al paciente soluciones y apoyo integral.
Dra. en Psic. Maricela Osorio Guzmán