Alegría, colorido y perfección en la presentación “La Danza mi Razón de Ser”

Con dos décadas de existencia el Taller de Danza Regional de nuestra Facultad se sumó a la celebración del 48 Aniversario de la Casa Blanca con su presentación “La Danza mi Razón de Ser”. El Centro Cultural, espacio que los ha albergado para sus presentaciones, así como ensayos, los cobijó el pasado 31 de marzo para encantar a los asistentes con los cuadros de sus bailables de los Estados de Chihuahua, Guerrero, Hidalgo y Jalisco.

Durante una hora, los siete bailarines de este taller entusiasmaron al público con su coordinado y armónico zapateado y faldeo de los bailables presentados, pero sobre todo con su alegría y el fuerte vínculo establecido con la danza.

En entrevista, con los integrantes de este grupo, Yohualli Mayakén, con una década en el taller, expresó que su cuerpo se cansa pero su mente descansa cuando está en el escenario, por ello es un orgullo bailar y una gran satisfacción hacerlo para representar la extensa cultura del país. Mientras Elizabeth y Santiago, con tres y cuatro años de pertenecer a este grupo respectivamente, manifestaron que es un placer bailar y les apasiona hacerlo por las emociones generadas en su interior y las transmitidas al público. Erika, egresada de la carrera de Biología de nuestra Facultad, integrante desde hace un año de este grupo, manifestó que le apasiona bailar por lo que la sensación de subirse al escenario aunque haya una dos o un grupo numeroso de personas no lo cambiaría por nada.

Por su parte, Guadalupe con cinco años de historia en esta agrupación, considero a la danza como un suspiro para el alma, por ello hay que hacerla trascender porque es identidad, belleza y regocijo.

Mientras Angélica con seis años como tallerista, señaló que esta actividad ha representado un gran esfuerzo, pero sobre sentirse libre, porque la danza la hacer ser ella misma en el escenario.

Más adelante, la maestra Ojeda, destacó que la danza forma y fortalece los valores inculcados en casa, por lo tanto, invitó a los jóvenes y comunidad en general a darse la oportunidad de practicarla, la cual no hay edad para hacerlo.

Finalmente, agradeció a Dios por enviarle la danza como forma de vida, la cual ha sido una experiencia muy grata, colmada de alegría, orgullo y aprendizaje, por ello reafirmó su amor y compromiso por ella hasta el fin de su ciclo de vida que espera sea bailando.

Reporte y fotografía: Ana Teresa Flores Andrade