Las “Lagunas de Montebello”¿Se está perdiendo este paraíso chiapaneco?

Dr. Javier Alcocer
Grupo de Investigación en Limnología Tropical
FES Iztacala, UNAM

En el extremo sureste de la cuenca del Río Grande de Comitán se ubican las “Lagunas de Montebello”, un ecosistema rico en recursos hídricos y único en el país, el cual constituye un tesoro nacional si se considera la creciente escasez del vital líquido y su, cada vez, menor calidad. El paisaje constituido por numerosos cuerpos acuáticos de color azul cristalino y enmarcado por extensas áreas boscosas, es reconocido como uno de los escenarios naturales más hermosos de Chiapas y constituye un sitio icónico para el estado y el país. Su relevancia ecosistémica justificó ampliamente su designación como Área Natural Protegida en 1959 y sitio -RAMSAR en 2003.

Los cuerpos acuáticos del distrito lacustre “Lagunas de Montebello”.
(Elaborado por Mariana Vargas).

La cuenca del Río Grande de Comitán hoy en día incorpora un abanico de impactos antrópicos originados desde tiempos prehispánicos. Sin embargo, existen registros de los efectos a mayor escala desde por lo menos los años 1950s, los cuales se han incrementado constantemente a partir de la década de 1980. Los primeros eventos “modernos” de perturbación están relacionados con cambios en el uso del suelo durante la reforma agraria que dio inicio en la década de 1940.

Cambio del uso de suelo en la región de las “Lagunas de Montebello” del año 1985 al 2015. (Elaborado por Mariana Vargas).

El evento más reciente está relacionado con el aumento de la población local y la introducción de la agricultura intensiva. Esta última fase de perturbación coincide con reportes de cambio de color y eventos de mortandad de peces alrededor de 2003.

Imágenes satelitales con Landsat 5 con compuesto a color RGB 321 en el año 1985 y Landsat 8 con compuesto a color RGB 432 del año 2020. Obsérvese el cambio de coloración de las lagunas de la porción NW de azul 1985) a verde (2020). (Fuente de los raster: Google Earth; la línea punteada amarilla delimita el Parque Nacional “Laguna de Montebello”). (Elaborado por Mariana Vargas).

La región presenta una problemática compleja, en la cual un sinnúmero de actividades antrópicas converge e impacta a los cuerpos acuáticos. La eutrofización de los cuerpos de agua en la zona noroeste del sistema lacustre es uno de los problemas más importantes y evidentes que presenta en la región. La problemática está asociada principalmente a las actividades agrícolas, ganaderas y desarrollo urbano e incluso al vertimiento de las aguas residuales procedentes de la Ciudad de Comitán, entre otros poblados.

Pojoj, un ejemplo de lago prístino, oligotrófico. (Fotografía de Mariana Vargas).

De forma paralela, otro de los impactos de gran magnitud en la zona deriva de las actividades de deforestación y posterior erosión de los suelos que, independientemente de que aumenta la turbidez terrígena (limos y arcillas) de los cuerpos acuáticos, aportan los fertilizantes que otrora retenían los terrenos forestales. La interacción de las aguas superficiales y subterráneas en el contexto del paisaje kárstico chiapaneco explican no solo el origen de los cuerpos acuáticos, sino también el balance hídrico y los flujos superficiales y subterráneos que mantienen interconectadas a los cuerpos acuáticos de la porción noroeste. Sin embargo, esta comunicación activa favorece la incorporación de desechos derivados de la agricultura y ganadería, actividades muy importantes en la zona, tales como fertilizantes, plaguicidas y contaminantes emergentes (p. ej., hormonas y antibióticos), así como los efectos que esto conlleva en los cuerpos acuáticos. La característica estacionalidad tropical en condiciones de elevada humedad y temperatura, escalan la fragilidad de estos ecosistemas expuestos a las actividades humanas a través de, por ejemplo, las súbitas tormentas tropicales con fuertes precipitaciones e inundaciones que favorecen la dispersión de contaminantes entre los cuerpos acuáticos volviéndolos altamente susceptibles a la contaminación acuática con su consecuente deterioro.

San Lorenzo, un ejemplo de lago impactado, eutrófico. (Fotografía de Mariana Vargas).

Dada la fragilidad de las “Lagunas de Montebello” es urgente la implementación de programas de 1) control de contaminación en todos los sectores, 2) educación ambiental para habitantes y autoridades, 3) capacitación a agricultores, ganaderos y prestadores de servicios turísticos, así como 4) monitoreo limnológico. Lo anterior con el objetivo de proporcionar bases que permitan establecer políticas públicas y estrategias para el control de la contaminación y, eventualmente, la restauración de los cuerpos acuáticos.