Iztacala se une al 25N: compromiso, memoria y resistencia
Las luces de la Explanada del Edificio de Gobierno se apagaron. Solo las flamas de las velas y la luz de los celulares la iluminaban. Autoridades, estudiantes, profesoras, profesores, trabajadoras y trabajadores se congregaron para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N) y sumarse a las actividades que la UNAM realiza durante los 16 Días de Activismo, que concluyen el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
La Comisión Interna para la Igualdad de Género (CInIG) fue la instancia que impulsó esta iniciativa denominada 25N. Luces por la Memoria y la Resistencia, cuyo propósito fue honrar la memoria de las víctimas de feminicidio y de violencia de género mediante un acto simbólico de luz y canto, reafirmando el compromiso de la comunidad iztacalteca de construir un espacio universitario y social libre de violencia.

En punto de las 19:15 horas, las voces de la comunidad se unieron para entonar Vivir sin miedo, himno emblemático del 25N interpretado por Vivir Quintana. Previo a este acto, la Mtra. Danae Soriano Valtierra, integrante de la CInIG, dirigió un mensaje en el que destacó la importancia de honrar a quienes ya no están y reafirmar la esperanza y la resistencia colectiva por un futuro libre de violencia.

Un mural por la memoria y la sororidad
La solemnidad del momento hizo vibrar a los asistentes. El canto, acompañado de velas encendidas, generó un ambiente de empatía, respeto y fraternidad. El acto culminó con la impresión de manos pintadas de color naranja sobre un mural con la frase “Las queremos vivas”, símbolo del compromiso de la comunidad universitaria.
El cierre se selló con un fuerte ¡Goya! que resonó en todo el campus.


Un mandato ético y una deuda histórica
Durante su intervención, la Dra. María del Coro Arizmendi Arriaga, directora de la FES Iztacala, recordó que el 25 de noviembre no es un día de celebración, sino un mandato ético y una deuda histórica.
“Se conmemora el sacrificio de las hermanas Mirabal y, con ellas, recordamos a cada mujer y niña cuya vida ha sido truncada por la violencia, la misoginia o la indiferencia”, expresó.

La directora enfatizó que la violencia sigue siendo una pandemia silenciosa que atraviesa al país y que “la memoria es el primer acto de justicia”.
“Mientras haya una sola estudiante acosada, una sola trabajadora discriminada o una sola colega silenciada, nuestra labor estará incompleta”, puntualizó.
Añadió que la UNAM y la FES Iztacala no son burbujas aisladas, pues las violencias que se viven fuera también se reproducen en los pasillos, aulas y redes sociales. Reconocerlas —dijo— “no es signo de debilidad, sino la mayor muestra de fuerza institucional para enfrentarlas”.
Asimismo, propuso una nueva lectura del lema universitario: “Por nuestra dignidad, por nuestra seguridad, por nuestros derechos, alzaremos la voz.”
Finalmente, subrayó que la violencia se combate con sororidad, entendida como “la red que sostiene, el oído que escucha y la fuerza colectiva que transforma”.
En ese sentido, destacó que en Iztacala el espíritu de resistencia se traduce en acciones concretas: el acompañamiento de la CInIG a las víctimas, la labor de las personas orientadoras comunitarias (POC), la aplicación rigurosa del protocolo, la capacitación docente y la formación profesional con perspectiva de género.

Un compromiso que ilumina
Por su parte, la Dra. Betsy Flores Atilano, titular de la CInIG, reiteró que esta comisión reafirma su compromiso de trabajar por la igualdad sustantiva y la erradicación de la violencia.
Recordó que la CInIG es un órgano auxiliar de la UNAM, integrado por académicas, académicos y estudiantes que colaboran con la Dirección de la Facultad para implementar la política institucional de igualdad de género.
“La misión —dijo— es prevenir cualquier forma de discriminación y violencia por razones de género mediante acciones sistemáticas y participativas, a fin de que Iztacala sea un espacio seguro donde el respeto sea la única norma y la dignidad de todas las personas sea innegociable.”
Al cierre de su mensaje, la Dra. Flores Atilano expresó:
“El trabajo es arduo, pero no estamos solas. Cada vela encendida esta noche nos recuerda la urgencia y nos da la fuerza para seguir. Cuenten con la CInIG. Cuenten con su Universidad.”

Una luz por la memoria, la resistencia y la esperanza
El homenaje concluyó con la lectura colectiva de un texto simbólico que recordó a las víctimas de feminicidio, desaparición y violencia en todas sus formas.
Las luces encendidas representaron una promesa colectiva de no olvidar, no callar y no descansar hasta erradicar la violencia de los espacios universitarios y de la sociedad.
“Esta luz —se leyó— es por aquellas que perdieron la vida, por las desaparecidas, por las infancias que crecen en entornos de miedo y por las violencias que aún se gestan en nuestros espacios.
Es también un llamado al compromiso de nuestros compañeros hombres, porque su participación activa y consciente es esencial. Su silencio ya no es una opción.”
Con ese mensaje, la FES Iztacala reafirmó su compromiso de mantener viva la memoria, fortalecer la sororidad iztacalteca y construir, día con día, una comunidad universitaria libre de violencia.



Reporte y fotografía: Ana Teresa Flores Andrade
