Cómo manejar la ansiedad en la pandemia por COVID-19
Lic. Juana Olvera Méndez
La ansiedad, se define como es un estado emocional displacentero, que va acompañada de un conjunto de comportamientos que se caracterizan principalmente, por la activación psicofisiológica de manera constante. Se puede presentar como una reacción adaptativa o en algunos casos, como parte de un síndrome o padecimiento médico o psiquiátrico.
Es importante diferenciar la ansiedad percibida como adaptativa y la considerada como una respuesta anormal. La ansiedad considerada como adaptativa, es controlable y útil para la resolución de los problemas cotidianos de la vida, aunque en ocasiones es incómoda, no representa un problema grave para las personas. La ansiedad percibida como anormal, es identificada como una activación excesiva e inapropiada; y preocupación por los eventos cotidianos, por lo que trae como consecuencias dificultad para la adaptación y el rendimiento.
Los principales manifestaciones fisiológicas de la ansiedad son: taquicardias, palpitaciones, mareos, inestabilidad, disnea, sensación de ahogo, temblores, sacudidas, sudoración, enrojecimiento, escalofríos, calor, náuseas, diarrea, parestesias, entumecimiento, boca seca. Entre las manifestaciones psicológicas son: inseguridad, intranquilidad, temor, aturdimiento, desasosiego, irritabilidad, miedo a perder el control, deseo de escapar, desrealización, despersonalización, etcétera.
Los factores psicológicos como desencadenantes de la ansiedad juegan un papel muy importante en la activación excesiva; las emociones, los pensamientos negativos y catastróficos ante la presencia de estímulos considerados como peligrosos o amenazantes.
Entre los estímulos amenazantes que pueden producir ansiedad, se puede identificar el miedo a la pérdida a la salud y el padecimiento de alguna enfermedad, la pandemia que estamos viviendo actualmente por la aparición del coronavirus (COVID 19), se ha convertido en la causa principal del incremento en los casos de ansiedad.
Los cambios en las rutinas escolares y laborales, el confinamiento aislamiento social, los cambios en las rutinas, el aumento en la frecuencia de las conductas higiénicas y la exposición a una gran cantidad de información sobre el COVID 19, son factores que contribuyen al desequilibrio emocional y el aumento en la ansiedad de la población, viéndose afectada la salud mental de las personas.
Ante esta situación, es importante concientizar a la población que identifique de manera temprana los síntomas de ansiedad para que genere estrategias de afrontamiento y evitar así que se convierta en el futuro en una situación discapacitante para la persona que la padece.
Una vez que ya se han identificado los síntomas relacionados con la ansiedad, es muy importante que la persona identifique y reconozca los sentimientos y pensamientos de miedo, que surgen ante los episodios de ansiedad, y analizar si existe evidencia de que este pensamiento o miedo es real; una gran cantidad de crisis de ansiedad surgen sin la presencia de un estímulo real.
También pueden utilizarse algunas técnicas de afrontamiento como la relajación, o ejercicios de respiración que ayudan a la regulación fisiológica y metabólica del organismo como inhalar en 6 tiempos, sostener el aire en 3 tiempos y exhalar en 9 tiempos.
En caso de que estas estrategias no sean suficientes, debe buscarse apoyo psicológico como las consultas en línea.