La Sindemia de las enfermedades crónico degenerativas… un nuevo enfoque

Dr. José Antonio Márquez López

El término sindemia algunos lo definen como “un conjunto de epidemias entrelazadas que se potencian mutuamente y que involucran interacciones en diferentes niveles”. A lo largo de su historia la humanidad ha padecido diversas enfermedades, quizá las más conocidas sean provocadas por agentes infectocontagiosos (virus y bacterias), sin embargo, existen también las enfermedades llamadas “crónico degenerativas”, entre las que destacan la obesidad, la diabetes, la presión arterial alta (hipertensión), la dislipidemia (enfermedades provocadas por alteraciones en el colesterol y los triglicéridos), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el cáncer, las enfermedades reumatológicas, las enfermedades mentales y la enfermedad renal crónica.

Paciente con enfermedad periodontal y diabetes

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Hoy quiero invitarte a conocer la compleja interacción entre las enfermedades crónico degenerativas y su repercusión sobre los sistemas de salud, ya que en las últimas décadas se han convertido en una “sindemia”, cuyas repercusiones van más allá de la epidemia por COVID 19.

A partir de este momento me voy a referir a este grupo de enfermedades como “SinCrónicas”, no solo porque pueden “coincidir” en la misma población o individuos, sino porque me parece más fácil hablar de ellas como una abreviación: “Sindemia de las enfermedades Crónico degenerativas”, las cuales tienen varios rasgos en común, tales como:

  • Aumentan el riesgo de muerte por enfermedades relacionadas con el mal funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos, también conocidas como enfermedades cardiovasculares, las cuales son una de las principales causas de muerte a nivel mundial, debido a que favorecen el desarrollo de complicaciones rápidamente progresivas y en etapas más tempranas de la vida. Por ejemplo, se ha observado que los valores elevados de lípidos en la sangre (colesterol y triglicéridos) puede generar hígado graso (esteatosis hepática), situación que al no tratarse adecuadamente puede generar cirrosis, sin embargo, también se ha demostrado que a mayor cantidad de grasa en las células del hígado existe un mayor riesgo de alteraciones en el latido cardiaco, llamadas arritmias. Otro ejemplo ocurre cuando los pacientes con diabetes presentan caries dental severa y afecciones en las encías (enfermedad periodontal) debidos a los cambios en la composición de la saliva por la glucosa alta, lo cual incrementa el riesgo de infarto al corazón.
  • Producen cambios en la composición corporal, ya que nuestro peso depende de muchos factores, siendo los más conocidos la cantidad de alimento ingerida y la actividad física realizada, sin embargo, también existen otros factores, que involucran interacciones muy complejas entre los microbios “buenos “ y “malos” que viven en nuestro intestino (la microbiota) y los ritmos circadianos (momentos del día en los cuales nuestro metabolismo cambia dependiendo del ciclo luz/ oscuridad), los cuales son regulados por diversas hormonas.
  • Provocan inflamación a nivel celular y posteriormente, conforme avanza la enfermedad esta inflamación puede ser persistente y afectar a varios órganos y sistemas, debido a las alteraciones sobre la capa más interna de los vasos sanguíneos llamada endotelio.
  • Generan cambios psicológicos, ya que la pérdida de la salud puede generar un duelo y repercutir en los procesos de autogestión y autoestima de los individuos.
  • Su evolución puede ser modificada por las condiciones ambientales y sociales, pues es bien conocido el papel de los contaminantes en el ambiente y sus repercusiones sobre la función hormonal (disruptores endocrinos), sin embargo, el daño en el tejido social que actualmente vivimos definitivamente también contribuye al desarrollo de estas enfermedades (disruptores sociales).
  • Requieren un tratamiento multidisciplinario y la mejoría en alguna de las condiciones médicas del paciente repercute de manera benéfica en el control de las otras enfermedades coexistentes, por ejemplo, la reducción de peso inducida por los cambios en el estilo de vida y los medicamentos mejora el control de la diabetes y de la presión arterial alta.

Recordemos que la salud no solamente es la ausencia de enfermedad, sino más bien un completo estado de bienestar físico, mental y social, que requiere no solo la intervención oportuna del personal que labora en el sector de la salud, sino también de la participación asertiva de las figuras públicas y políticas dentro del entorno social, por lo tanto “la medicina de la complejidad” requiere no solamente de conocimientos médicos, sino también de conocimientos “socioculturales” y “ambientales”, pues como médicos debemos no solo evitar el daño  (Primum non nocere) sino también  hacer el mayor bien posible y eso solo lo vamos a lograr trabajando en equipo con otras áreas de la sociedad, teniendo como objetivos primordiales cuidar la salud y mejorar la calidad de vida de nuestra población, reforzando los servicios de medicina preventiva en forma integral.

Por último, te quiero invitar a ti, estimado lector a que desde tu rol en la sociedad contribuyas no solo a cuidar tu salud sino también la de tu prójimo, porque no olvides que todos somos responsables del bien común y que lo que hagas hoy podría tener repercusión en la salud de las próximas generaciones, ya que solo así podremos hacer un frente común para detener a las enfermedades SinCrónicas.

Bibliografía

Singer, Merrill. (2009). Introduction to syndemics : a critical systems approach to public and community health. Jossey-Bass. ISBN 978-0-470-48298-8OCLC 428819497.

Syndemic of Obesity, Undernutrition, and Climate Change: The Lancet Commission report»The Lancet 393 (10173): 791-846.